El INEP instituyó la Matriz de Referencia Común para la Evaluación de la Formación Médica mediante la Portaria n.º 478, de 18 de julio de 2025 (vigente desde el 1 de agosto de 2025). Esta matriz unifica criterios y contenidos para dos exámenes bajo su competencia:

  • ENAMED (Exame Nacional de Avaliação da Formação Médica), dirigido a Medicina en Brasil;
  • Revalida, para revalidación del título de médico obtenido en el extranjero.

La intención es clara: coherencia pedagógica con las Directrices Curriculares Nacionales (DCN), integración de teoría, práctica y conducta profesional, y garantía de calidad en la formación médica, con impacto real en políticas públicas de salud y educación.

La Portaria n.º 478/2025 define que la Matriz busca:

  1. Unificar directrices de evaluación de Medicina y alinear con las DCN;
  2. Integrar dominios cognitivo, actitudinal y práctico (lo que sabes + cómo actúas + cómo ejecutas);
  3. Garantizar isonomía en la evaluación de egresados en todo el país;
  4. Fortalecer el papel de los exámenes en la mejora continua del sistema formativo y del SUS.

Áreas troncales (según las DCN) que sustentan la matriz:

  • Clínica Médica
  • Cirugía General
  • Ginecología y Obstetricia
  • Pediatría
  • Medicina Familiar y Comunitaria
  • Salud Mental
  • Salud Pública

La matriz es interdisciplinaria y multiprofesional y sus ítems progresan en niveles crecientes de complejidad, con foco en resolución de problemas.

El documento exige un egresado que:

  • Respete la singularidad y la diversidad (biológica, subjetiva, étnico-racial, de género, orientación sexual, socioeconómica, etaria, neurodiversidad, cultural, ambiental, ética), con mirada a equidad, acceso, integralidad y humanización.
  • Defienda ciudadanía y dignidad humana, actuando contra toda forma de violencia.
  • Sea crítico y reflexivo, guiado por evidencia científica, costo-efectividad y políticas públicas.
  • Actúe con ética y bioética, respeto a la autonomía del paciente y una abordaje sensible al final de la vida.
  • Trabaje desde una formación general orientada a prevención, promoción, recuperación y rehabilitación, con dominio de epidemiología, organización y gestión del sistema de salud, priorizando Atención Primaria.
  • Mantenga educación continua, aprendizaje interprofesional y compromiso con la formación de nuevas generaciones.
  • Practique una clínica centrada en la persona y trabajo en equipo articulado en redes asistenciales

La Portaria detalla competencias esenciales que atravesarán las preguntas y casos clínicos. Algunas claves:

  • Formular hipótesis diagnósticas plausibles y planes propedéuticos basados en historia clínica, examen físico y contexto epidemiológico/ocupacional.
  • Solicitar e interpretar pruebas con criterio de evidencia, riesgo-beneficio y uso racional de recursos.
  • Elaborar, acordar y supervisar planes terapéuticos colaborativos (interprofesionales), con mirada a pronóstico, organización del sistema, ética y legalidad.
  • Reconocer y tratar urgencias y emergencias traumáticas y no traumáticas.
  • Indicar/realizar procedimientos ambulatorios y de urgencia con seguridad e información al paciente/familia.
  • Identificar necesidades colectivas y diseñar intervenciones en salud con participación comunitaria.
  • Gestionar y evaluar acciones de promoción, prevención y vigilancia.
  • Navegar el SUS con criterio, derivando/contraderivando con base científica.
  • Comunicarse con claridad y empatía, preservando confidencialidad y seguridad del paciente.
  • Trabajar en equipo con profesionalismo y respeto.
  • Registrar correctamente en historia clínica y emitir documentos médicos (recetas, certificados, informes, nacimiento/defunción, notificaciones).
  • Respetar normas éticas y deontológicas y la confidencialidad.
  • Sostener una actitud autorreflexiva y de educación continua con lectura crítica de la evidencia.
  • Usar tecnologías de información y comunicación con criterio legal y foco en seguridad del paciente.

Los contextos evaluativos priorizados —base de las viñetas clínicas— son redes y puntos del SUS, con énfasis en Atención Primaria y Secundaria:

  • Red de APS y su territorio
  • Urgencias y emergencias (UPA, prehospitalaria, hospital)
  • Red materno-infantil (maternidades, centros de parto)
  • Red de Atención Psicosocial (CAPS, unidades de recepción)
  • Redes de enfermedades crónicas (ambulatorios especializados, atención domiciliaria, hospital)
  • Red de rehabilitación (servicios de referencia)

La matriz exige dominio de contenidos que alimentan las competencias:

  • Ciencias básicas aplicadas (molecular, celular, anatomía/fisiología) a lo largo del ciclo vital.
  • Determinantes sociales y ambientales del proceso salud-enfermedad.
  • Ética, bioética, relación médico-paciente y seguridad de datos (incluida la protección de datos en salud).
  • Semiología (anamnesis + examen físico) y comunicación clínica.
  • Registro y documentación médica.
  • Propedéutica, diagnóstico y tratamiento por grupos y etapas de vida.
  • Pronóstico y prevención, con foco en prevalencia, prevención posible y letalidad.
  • Rehabilitación física y psicosocial; promoción y educación para la salud.
  • Políticas de salud y SUS; planificación y gestión de servicios.
  • Epidemiología, indicadores y sistemas de información; vigilancia de transmisibles y no transmisibles.
  • Salud ambiental y ocupacional.
  • Liderazgo, decisión compartida y trabajo en equipo.
  • Medicina basada en la evidencia y análisis crítico de la literatura.
  • Tecnologías de información/comunicación en formación y asistencia.

Los resúmenes y análisis editoriales sobre la Portaria destacan que la Matriz:

  • Estandariza la evaluación nacional y alinea el perfil del egresado con las DCN.
  • Aplica por igual a ENAMED y Revalida, de modo que ambos comparten el mismo marco evaluativo.
  • Se inspira en referenciales internacionales (p. ej., la lógica competencial de USMLE/PLAB/MCCQE) pero contextualizada al SUS y a los desafíos epidemiológicos locales.
  • Se organiza en 4 ejes estructurantes para el desempeño médico:
    1. Atención sanitaria (resolución de problemas en todos los niveles de atención);
    2. Gestión de la salud (redes, regulación, vigilancia, protocolos, uso racional de recursos);
    3. Educación para la salud (lectura crítica, promoción, comunicación de riesgos, docencia/guía);
    4. Ética y profesionalismo (autonomía, confidencialidad, límites de competencia, respeto a la diversidad).
  • A partir de estos ejes, se definieron 22 habilidades generales y 132 habilidades específicas que guiarán la construcción de preguntas objetivas, discursivas y prácticas.
  • El tipo de cuestión esperado migra de “tema suelto” (p. ej., “asma”) a situaciones clínicas integradas en escenarios reales (APS, urgencias, crónicos, etc.), con razonamiento clínico contextualizado y postura ética/profesional explícita.

  • Más previsibilidad: el alcance está publicado en ordenanza, lo que ordena el estudio.
  • Más integración clínica: no basta memorizar; hay que razonar según nivel de atención, recursos disponibles y protocolos.
  • Más ética y comunicación: se valoran la relación médico-paciente, documentación correcta y protección de datos.
  • Más SUS: gestionar casos, derivar/contraderivar con criterio y trabajar en equipo interprofesional.
  • Más evidencia: lectura crítica, costo-efectividad y seguridad del paciente como brújula.